sábado, 13 de agosto de 2011

Erre erre pe pe (pe pé pe pé).

Sí, cuando uno pasa toda la noche llevando y trayendo gente nunca antes vista, se complica ver a los amigos. Anoche hice un experimento con resultados interesantes: A cierta hora calma decidí aparecer por lo del Li (ex-simio guitarrista), y dio la casualidad que justo estaba el Juani (simio amigo). Después de largos abrazos y mucha emoción (sobre todo del Juani) logramos tener una conversación postergada sobre proyectos musicales, y hasta ligué un par de porciones de pizza que aun ahora agradezco. Cuando salió un viaje por la zona de su casa, salí a buscar a mi pasajera.

Casualmente, esta mujer iba muy cerca de la casa de otro amigo, el Coyen (coyen), así que decidí repetir la estrategia de visita. Tras golpear la puerta apareció el Fede (gourmete psicodélico) preguntando "quién es". Resulta que estaban con la sole (bruja semiprofesional), Belén (la rubia candombera) y un par de personas más (la morocha alta, distante y proactiva; y el señor misteriosamente gracioso de mirada atenta) que integran una banda de ruidosos (percusionistas) que se hacen llamar "Pólovora en chimangos" (o algo por el estilo). Allí recibí una nueva dosis de pizza y la porción de tarta más sabrosa del mes, para luego deleitarnos con una improvisación sonora que, al cortar en seco como suelen acabar esas cosas, terminó con inesperado final proveniente del Handy (jandi).

Descubrí que a pesar de mi nueva capacidad de oírlo sólo cuando me dan instrucciones o me llaman, el resto de los mortales tiende a conmoverse bastante por el curioso receptor radial. Lo sorprendente es que, además de la curiosidad y efímeras sospechas de ventriloquía, les despertó una risa de la madre y para qué te cuento. Sobre todo al Juani.

En definitiva, estos walkie talkies con 15 cuadras de rango son la sensación de las reuniones.

Hoy iba a contarles del hombre lobo de Villa Gobernador Gálvez, pero primero los amigos (Gracias). Después de todo, dijo que llama a la remisería todas las lunas llenas, así que quizás en 28 días vuelva a saber de él (Y a decir verdad espero que podamos vivir algo interesante, porque si les contara lo que vi hoy, creo que simplemente se morirían de asco).

¡Buen día!

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